12/11/2008


1 comentario:

  1. Hola:

    Les Saluda Juan Augusto Tirado Ortíz del Pueblo de Sabana Grande en Puerto Rico. He conocido un poco de ustedes y me han llamado la atención, pero quiero conocer más de ustedes y que ustedes me conozcan a mi. Soy un joven de 29 años, desde niño he estado en la iglesia y he tenido el deseo, el sueño de servir a Dios como sacerdote. A mis 15 años comencé con un proceso de discernimiento vocacional, el cual me inclinaba más a la vida religiosa y no a la vida diocesana, pues sentia el deseo, la inquietud de servir a Dios y a mis hermanos de una forma distinta, a no estar encerrado entre cuatro paredes de una parroquia y a tener un encuentro cara a cara con aquel que tanto necesita de Dios y necesita de nuestra mano amiga. Queria evangelizar, sin tener limitaciones, a romper moldes, a traer nuevas ideas, con una nueva visión, a cambiar nuestras formas de evangelizar. Con ese deseo, visité varias comunidades religiosas, las cuales me decian a mi que no podia ser sacerdote por mi condició de salud, por la epilepsia, la cual está controlada y está certificada por los neurologos que yo puedo llevar una vida normal, sin limitación alguna y así ha sido, gracias a Dios. En ocasiones me desanimaba, buscaba otros caminos, dandole la razón a ellos y a muchos laicos que me decian que yo podria servirle a Dios de distintas maneras, pero tenia dificultad para acomodarme en ese tipo de vida y más aun, a cada momento me encontraba con personas que me decian que veian en mi que tenía vocación para sacerdote o me llamaban "Padre" creyendo que yo era un sacerdote. Lo más sorprendente para mí fue el hecho de que esas personas que me decian eso no me conocian a mi, ni yo a ellos. Era como si en ese momento, Dios me estuviera diciendo através de ellos que ese era mi camino. Esas experiencias, la fe en mi, en mis capaidades, las historias de los santos y la palabra de Mateo 19, 26 que dice: "Para los hombres es imposible, pero para Dios, todo es posible", me daban el ánimo para seguir adelánte y luchar por mi sueño, por mi vocación, por responder al llamado de Dios. Actualmente he estado trabajándo con unos cuantos ministerios de la iglesia, dando retiros para jóvenes y adultos, predicando, visitando enfermos, animándo a los grupos ya existentes y formándo grupos nuevos. Eso es lo que me gusta hacer, lo que me apasiona, lo que le da sentido a mi vida y es por eso, que al conocer de ustedes, me animé a escribirles, a darme a conocer y que asi pueda yo conocer de ustedes, de su misión. Si desean comunicarse conmigo, lo pueden hacer a través de este correo o llamándome al (787) 804-2698. Gracias por su atención prestada y Que Dios les Bendiga.

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